A
los seriéfilos nos parece natural pasar fines de semana enteros
encerrados en casa viendo un capítulo detrás de otro, renunciar a citas
con amigos o familiares por ver el episodio semanal de una serie, no
dormir pensando en lo que le ocurrió a ese personaje o pasar la noche de
los Emmy en vela solo para ver cómo tu serie favorita se lleva un
premio que asumes como propio o indignarte por el ninguneo recibido por
la que pensabas que era la serie del año. Para nosotros es algo natural.
Pero son comportamientos que a la gente que convive con nosotros y no
siguen un mínimo de, digamos, 20 series a la vez (a partir de ahora les
llamaremos "gente normal") no ven como algo natural. A veces incluso
"gente normal" y serieadictos pueden llegar a convivir. No es fácil,
pero es posible.
Hoy
intentamos ponernos en la piel de vosotros, esas personas que tenéis
que aguantar nuestra obsesión seriéfila, y os intentamos ayudar a
entender nuestras rarezas. Si eres uno de los afectados, si eres parte
de esa "gente normal", te invitamos a dejar tu testimonio en los
comentarios. Seguro que será de utilidad a otra gente. O podéis crear un
club: "hola, me llamo Juan y también vivo con un seriéfilo".
- "Un capítulo más y me voy a dormir".
¿Cuántas
veces lo habrás oído a eso de las 2.00 de la madrugada? Da igual que al
día siguiente tengas que levantarte a las 8.00. No tienen compasión. Si
están en pleno maratón de Breaking Bad a
ver quién es el valiente que se atreve a decirles que la serie va a
seguir ahí al día siguiente para retomarla donde la han dejado. Ellos
seguirán viendo capítulo tras capítulo como si se acercara el fin del
mundo y la última cosa que quisieran hacer antes de que llegue el
apocalipsis fuera saber cuál es el destino de Walter White.
¿La solución? Asúmelo, tendrás que irte a la cama solo. O bien aguantar
despierto hasta que el cuerpo (del otro) aguante y usar una crema
antiojeras al día siguiente, algo que solo necesita la "gente normal",
los serieadictos no, porque están hechos de otra pasta, como los
toreros.
- El peor día de la semana es el mejor para él.
"Por
fin es lunes". Sí, es posible que oigas a menudo tal sacrilegio en boca
de un serieadicto. Aunque a la "gente normal" le parezca una locura,
para los seguidores de las series el lunes es el mejor día de la semana.
La explicación es sencilla: en Estados Unidos, el día que eligen muchas
cadenas para emitir sus series estrella es el domingo. Por tanto,
muchas de esas series llegan a España un día después, el lunes. The Walking Dead, Juego de tronos, Mad Men... Los lunes, ese inesperado gran día.
- Ver en solitario un capítulo de una serie que veis a la vez cuenta como infidelidad.
Ya
se lo decía Piper Chapman a su novio cuando acababa de entrar en la
cárcel: "prométeme que no estás viendo Mad Men sin mí". El prometido de Orange is the new black terminaba
cayendo en la tentación, no sin antes apartar de su vista el retrato de
su novia. Si una serie la véis siempre a la vez, ver un capítulo por tu
propia cuenta será motivo de discusión o de algo peor. Ni se te ocurra
hacerlo.
- Vida social, ¿qué era eso?
El
tiempo que se dedica a ver series es tiempo que no se invierte en otros
menesteres. Como trabajar (los afortunados que aún tienen trabajo)
sigue siendo una necesidad, y hay tareas ineludibles como dormir un poco
de vez en cuando (aunque menos de lo habitual, como decíamos antes), el
tiempo se robará a otras actividades secundarias. Al final, lo que más
se resiente es la vida social. Tú, "persona normal", dirás: "con el
tiempo tan bueno que hace, ¿te apetece salir a dar una vuelta y tomar
algo con los amigos en una terracita?" Él/ella te dirá: "estoy viendo Hannibal. ¿De verdad crees que tengo ganas de salir a tomar nada?"
- Sigue al menos una de las series al mismo ritmo que ellos o te quedarás fuera de la conversación.
Cuando
estás con amigos y en la conversación sale alguna serie, si no sigues
ninguna te sentirás como un marciano recién aterrizado en el planeta
Tierra. "Qué fuerte lo del último capítulo de The Good Wife". "¿Has visto el final de True Detective?"
Si quieres participar en alguna de las conversaciones y no quieres
quedar como un bicho raro (sí, asúmelo, ahora eres tú el raro y no
nosotros), lo mejor es que hagas el esfuerzo de ver al menos una de esas
series. Si no, ¿de qué hablabas cuando todos los demás comentaban la Boda Roja de Juego de tronos?
- "Esto es como cuando en Los Simpson..."
Te
habrás dado cuenta de que cualquier situación de tu vida puede ser
comparada con un momento de una serie. Si vives con un seriéfilo,
escucharás referencias a series todo el rato. Para las referencias
seriéfilas se suele echar mano de series míticas como Perdidos, Breaking Bad, The Wire o, por supuesto, Friends. Pero Los Simpson siguen
siendo una de las mayores fuentes de inspiración en este sentido.
Tantas reposiciones tenían que servir para algo. Y no solo mediante
comparaciones. También hay multitud de frases y coletillas que han
pasado al lenguaje cotidiano de los seriéfilos. "¡¿Es que nadie va a
pensar en los niños?!" "Lisa necesita un aparato. ¡Seguro dental!"
"¡Quiero mi bocadillo!" No te preocupes, no les pasa nada raro, en su
mente todo esto tiene sentido.
Por cortesía de Natalia Marcos de "El País": http://ht.ly/vQ4hQ%29